En un entorno cada vez más atravesado por la tecnología, detenernos a reflexionar sobre cómo usamos la inteligencia artificial en nuestro trabajo se vuelve imprescindible. La cuarta charla del ciclo LiderArte, titulada “¿Y si pensar diferente es nuestra única ventaja competitiva?”, nos invitó justamente a eso: integrar la IA sin perder pensamiento crítico.
De la mano de Alejandro Retegui, el encuentro abordó los desafíos actuales de la transformación digital, especialmente en ámbitos técnicos como las administraciones tributarias, y propuso una mirada renovada sobre el concepto de profesionalidad.
Alejandro planteó que, hoy, ser profesional implica combinar tres dimensiones:
–Conocimiento técnico en la especialidad propia
–Habilidades personales y sociales como la proactividad, la resiliencia, la empatía y la capacidad de aprendizaje
–Uso consciente y crítico de herramientas de inteligencia artificial

Uno de los aportes centrales de la charla fue un modelo práctico para incorporar la IA generativa en el trabajo de forma efectiva y reflexiva. Estos son los cuatro pasos clave para lograrlo:
1-Establecer metas claras
Antes de usar una herramienta de IA, es fundamental tener definido qué queremos lograr. La claridad en el propósito orienta todo el proceso y mejora la calidad del resultado. Saber para qué vamos a utilizar la herramienta determina su utilidad.
2-Formular buenas preguntas
La IA responde mejor cuando sabe exactamente qué se le pide. Alejandro destacó la importancia de construir consultas —o prompts— de forma clara y específica. Esta habilidad se entrena, y marca la diferencia entre una respuesta genérica y una solución útil.
3-Evaluar el contenido generado
La revisión humana sigue siendo insustituible. Validar lo que entrega la IA, contrastarlo con el propio conocimiento técnico y aplicar sentido común es clave para asegurar que la información sea coherente, aplicable y confiable.
4-Integrar al trabajo real
El último paso consiste en adaptar el contenido generado por la IA al contexto específico de cada tarea. Implica editar, contextualizar y mejorar. Muchas veces será necesario volver a los pasos anteriores, en un proceso iterativo que refine el resultado final.
“El pensamiento crítico no es un lujo, es una necesidad.”
La incorporación de inteligencia artificial en el trabajo ya no es una posibilidad futura, sino una realidad presente. Sin embargo, su verdadero valor no reside únicamente en la automatización, sino en cómo la usamos, con qué propósito y bajo qué criterios.
Esta charla nos permitió repensar el rol profesional desde una mirada más estratégica, donde la tecnología es una herramienta al servicio del pensamiento humano. En este escenario en constante evolución, la clave no es adaptarse pasivamente, sino evolucionar con criterio, intención y responsabilidad.
Liderar en la era de la IA implica mucho más que incorporar nuevas herramientas: significa entrenar nuestra capacidad de análisis, mantener la curiosidad activa y decidir con propósito.